“¡La edad es solo un número!”, dice Tim Minnick, el hombre que a sus 83 años demostró que la vitalidad no tiene fecha de caducidad. Reconocido como el entrenador de fitness más longevo del mundo, Minnick anima a los mayores de 60 a tomar el control de su salud y desafiar las expectativas sobre el envejecimiento.
“Estoy comprometido a ver a los adultos mayores prosperar y vivir su vida al máximo, sin importar su edad”, afirma con convicción.
Las claves de su longevidad y éxito se encuentran en un enfoque disciplinado y consciente. Minnick sigue un entrenamiento constante, adaptado a su edad, que se centra en el fitness funcional, es decir, en desarrollar la fuerza y movilidad necesarias para realizar actividades cotidianas con facilidad. También ejercicios cardiovasculares y levantamiento de pesas.
La alimentación es otro punto importante. Minnick opta por una dieta saludable, con proteínas de calidad, variada, y evita el azúcar, el alcohol y los alimentos ultraprocesados. ¿Qué más? El buen descanso es otro factor esencial para la longevidad.
“A menudo dejamos que la sociedad influya en nuestra manera de pensar sobre el envejecimiento. Nos limitamos y decimos cosas como: ‘No puedo hacer eso por mi edad’. Yo creo exactamente lo contrario”, sostiene Minnick.
“Nuestros cuerpos son milagrosos”, apunta. Así empezó su milagro personal, que ahora inspira a miles.
La tragedia que torció el rumbo hacia el fitness
Tim Minnick nació el 28 de octubre de 1941 en Austin, Texas. Con 83 años, la historia de Tim no comenzó en los gimnasios ni con el fanatismo por el fitness desde joven. Durante la mayor parte de su vida adulta, el ahora entrenador más longevo del mundo, había esquivado los ejercicios físicos, aunque había sido un exjugador de béisbol universitario en la Universidad de Texas A&M.
Llevaba una rutina de movimiento poco constante, mientras equilibraba su trabajo como corredor de seguros y su vida familiar como padre de tres hijos y abuelo de seis. “Pasé mucho tiempo en mi escritorio”, dijo a Men’s Health.
Sin embargo, fue la tragedia personal la que transformó su camino y lo llevó a descubrir una nueva pasión y propósito. La vida de Minnick cambió radicalmente cuando a Liz, su esposa durante 43 años, le diagnosticaron un cáncer de mama terminal. Cuidar de ella día tras día lo sumió en un profundo agotamiento emocional y físico. El dolor y la impotencia que sentía lo llevaron a un estado de depresión y a aumentar 11 kilos en poco tiempo.
“No quería volver a trabajar en seguros, pero tampoco quería jubilarme y no hacer nada”, sostuvo y agregó: “Sabía que tenía que salir de casa y hacer algo”.
Así encontró una vía de escape inesperada: el gimnasio. “Ir al gimnasio me salvó la vida emocional y mentalmente”, recordó Minnick. Cada sesión de ejercicio le devolvía energías y fuerza, elementos que lo ayudaban a ser un mejor cuidador para Liz y, posteriormente, a sobrellevar la pérdida cuando ella falleció.
Tras la muerte de su esposa, Minnick se encontró en una encrucijada. No quería regresar al mundo de los seguros ni permanecer inactivo. “No quería volver a trabajar en seguros, pero tampoco quería jubilarme y no hacer nada”, reflexionó.
A los 65 años, Minnick tomó una decisión audaz: vender su compañía y dedicarse al fitness, el mismo ejercicio que le había devuelto la vida en sus momentos más difíciles.
Empezó a estudiar de forma rigurosa, y obtuvo la certificación de entrenador personal de la Academia Nacional de Medicina del Deporte (NASM) a los 73 años, un desafío que se tomó muy en serio. “Si vas a dedicarte al negocio del fitness, tienes que aprender constantemente”, aseguró.
¿Cuál fue el siguiente logro? En un año redujo su grasa corporal al 9%, y encontró un propósito renovado que trascendía su propio bienestar: inspirar a otros a redescubrir su potencial sin importar la edad. “Quería hacer algo que me hiciera sentir que estaba aportando algo a alguien”, comenta Minnick al recordar esa etapa.
Los secretos del entrenador más longevo del mundo
A sus 83 años, Tim Minnick, reconocido como el entrenador de fitness más longevo del mundo por el Libro Guinness de los Récords, convirtió su vida en un ejemplo de disciplina y longevidad activa. ¿Cuáles son sus secretos? Un entrenamiento adecuado y constante, la nutrición y descanso de calidad.
Minnick se levanta todos los días a las 6.30, se acuesta a las 10.30 y sigue una rutina que combina ejercicios de fuerza, movilidad y ejercicio cardiovascular, adaptada cuidadosamente para atender las necesidades de su cuerpo y prevenir lesiones. “El músculo es la moneda del envejecimiento y quiero que todos los que entreno tengan mucha moneda”, sostiene Minnick.
Sus sesiones de entrenamiento, que realiza entre cuatro y cinco veces por semana, incluyen un calentamiento enfocado en la movilidad, con ejercicios como zancadas y elevaciones de cadera para preparar el cuerpo.
Además, Minnick incorpora movimientos con bandas para fortalecer los hombros y mantener la estabilidad de las articulaciones. Tras el calentamiento, dedica entre 45 y 60 minutos al trabajo de fuerza, con ejercicios que varían entre sentadillas, peso muerto y dominadas.
Aunque tuvo que reducir la carga de sus levantamientos debido a una lesión en el manguito rotador, aún completa series con pesos que rondan los 90 kilos (200 libras). “Al contrario de lo que la gente piensa, necesitamos levantar más pesas a medida que envejecemos para mantener y desarrollar la masa muscular”, dice en una entrevista en Roar Forward y agrega: “Lo más importante es ser constante y no rendirse”, considera
Para el entrenador más longevo, el trabajo cardiovascular es otro componente esencial, y opta por la máquina de remo porque “también trabaja su centro y sus piernas y le ayuda con su postura”.
Minnick imparte su conocimiento en clases de grupo y entrenamientos individuales, animando a personas mayores de 60 años a desafiar sus límites y a descubrir que pueden lograr mucho más de lo que creen.
Como él mismo señala: “Les explico sobre la pérdida de masa muscular a medida que envejecemos y todos pueden identificarse. Hablo con ellos sobre volverse dependientes de su cónyuge o de uno de sus hijos y generalmente se motivan”.
Sus clases de entrenamiento en Gold’s Gym de Austin están diseñadas específicamente para personas mayores de 60 años, enfocándose en ejercicios de fuerza y movilidad. “Muchas de estas personas no pueden ni tirarse al suelo y tienen múltiples enfermedades crónicas, lesiones o necesitan recuperarse de una cirugía”, explica Minnick.
Su método se centra en el fitness funcional, es decir, en ayudar a sus alumnos a desarrollar fuerza y flexibilidad que les permitan realizar actividades cotidianas con independencia. Para él, lo más importante es mantener la masa muscular para evitar la dependencia: “¿Quieres poder tirarte al suelo y jugar con tus nietos o subirte a las gradas para ver sus partidos de fútbol?”, dijo.
La dieta de Tim Minnick para un envejecimiento saludable
En cuanto a la dieta, según cuenta, intenta llevar una lo más sana posible y, a diferencia de la mayoría de sus amigos, no bebe alcohol ni toma ningún medicamento. Según explicó a Men’s Health, mantener una dieta adecuada se vuelve esencial a medida que el metabolismo se ralentiza y las necesidades físicas cambian. “Muchas personas tienden a volverse complacientes y no se centran en una dieta saludable más disciplinada”, señaló.
Minnick es un firme defensor de los alimentos integrales y evita el uso excesivo de suplementos. Con una atención meticulosa a lo que consume, enfatiza: “El azúcar está en todas partes en nuestros alimentos y la mayoría de las personas no son tan conscientes”. Para él, leer las etiquetas y elegir con cuidado los ingredientes es una práctica indispensable.
El consumo de proteínas es otra cuestión fundamental. Minnick recomienda al menos 2,2 gramos de proteína por cada kilogramo de peso corporal objetivo, una cantidad que considera esencial para mantener la masa muscular y prevenir la pérdida de fuerza relacionada con la edad.
Sus sugerencias van desde carnes magras y pescado hasta alternativas vegetales y bocados ricos en proteínas, como barras de proteínas sin azúcar: “Barritas de proteínas sin azúcar y al menos 20 gramos de proteína o no las como”, advierte.
La rutina de Minnick es tan disciplinada como efectiva. Ha compartido que solo toma una comida completa al día, generalmente por la noche, que incluye una fuente de proteína como el salmón o un filete, acompañada de verduras frescas.
“No voy a parar solo porque soy viejo”, sostiene.
*Fotos: Facebook Tim Minnick y Guinness World Records
Fuente Infobae
