
Kilos de basura y mal olor envuelven desde este fin de semana a la Ciudad Autónoma de Buenos Aires por un conflicto sindical con los trabajadores de la recolección de residuos de Camioneros. Ellos se encuentran trabajando a reglamento por el mal estado de los camiones y el intento del gobierno porteño de querer estatizar a 300 choferes de grúas —hoy bajo el paraguas del sindicato que dirigen los Moyano—, según informaron en un comunicado.
La decisión de que los empleados trabajen a reglamento fue tomada por el secretario general de Camioneros, Pablo Moyano, que junto a su hermano Hugo, se opone a que esos 300 trabajadores hoy encuadrados en el Convenio Colectivo de Trabajo de su sindicato pasen a ser empleados municipales. Pero para el jefe de Gobierno porteño, Jorge Macri, la razón real del conflicto tiene que ver con haber puesto en revisión la licitación de las grúas, un negocio millonario que podría afectar a los Moyano ya que entre las tres finalistas hay una empresa sospechada de estar vinculada al Sindicato de Camioneros.
El estado de las calles generó malestar social y una ola de reclamos contra la gestión de Macri, que en declaraciones a radio La Red dijo: «No tenemos ningún problema con el gremio de la recolección, con lo cual si se hace mal culpamos a las empresas. Sí hay un tema con la licitación de grúas de acarreos. Camioneros aprieta donde cree que duele. Les dijimos que garantizábamos el trabajo a los 350 camioneros, entonces no se entiende si defienden a las empresas, porque nosotros dimos garantía de estabilidad a los trabajadores», dijo.
Es que el contrato que estaba preadjudicado para el acarreo en la Ciudad había sido firmado en la gestión anterior, por lo que Macri decidió revisarlo y consideró que era «carísimo» y «escandaloso». Esto habría generado en Camioneros cierto temor —a partir de las sospechas existentes por las autoridades de Ciudad de tener un vínculo con la compañía de grúas— y por esa razón desde el Gobierno porteño creen que es una amenaza y no un reclamo legítimo.
Fuente MDZ