
Javier Milei pasó por Rosario este viernes en su primera aparición en el interior del país después del cierre de listas. En un discurso técnico-económico, tablet con funciones incluidas, gambeteó la coyuntura del explosivo Karinagate y como llegó, se fue. Sin menciones a las presuntas coimas, el Presidente solo lució encendido con críticas al kirchnerismo, al que trató de “sodomitas del capital”.
Una hora más tarde y sin darse por aludido, Milei hizo su ingreso acompañado de su hermana, El Jefe, por estos días inmersa en una tormenta tras el escándalo que eyectó a Diego Spagnuolo de la Agencia Nacional de Discapacidad (ANDIS). Lo secundaron Adorni, que sobre la tarde había anticipado el contenido del discurso, y Caputo. «El mejor ministro de Economia del mundo», en palabras de Milei, mientras lo elogiaba por la baja de la inflación. Custodiaron su llegada en un nutrido operativo de seguridad la Casa Militar, las cuatro fuerzas federales y la policía.
La abstracción ante la coyuntura en Rosario
Incredulidad podría ser la palabra que defina lo que se vivió entre las filas de sillas que coparon la Bolsa rosarina, donde se esperaba alguna señal o anuncio para el sector. «Por favor, explicame qué dijo», se escuchó ni bien terminado el acto por los pasillos. Es que cuando se inició la exposición -esta vez con saludo, tras las críticas del año pasado– y con las primeras explicaciones, las miradas fueron elocuentes. Transcurridos 40 minutos, apenas se escuchó un tibio aplauso en el marco de la lucha contra la inflación. «Estimamos que a mitad del año que viene no va a haber más inflación», dijo Milei cuando promediaba su mensaje. Descreimiento o llano sopor ante el resto, casi sin reacción de la tribuna.
Mientras se sucedía la alocución y ante la apatía generalizada, tampoco hubo aplausos de las principales referencias políticas santafesinas: ni de Javkin ni de Pullaro, embarcado en el proyecto de Provincias Unidas. Sí hubo abrazo y saludo al cierre, aunque ningún encuentro de manera privada, pese a que el propio gobernador admitió previo al acto que habían intercambiado mensajes los días anteriores.
La batalla contra el kirchnerismo como nota política
En el discurso de una hora en la que Milei eligió hacer caso omiso a lo sucedido en el Congreso esta semana y al terremoto que sacude el corazón de su gobierno, el Presidente puso la nota política de la noche haciendo referencia a las elecciones de septiembre y octubre. Allí, pulsó el modo grieta sin más: “Si los argentinos quieren volver al populismo salvaje, okey. Si la sociedad elige suicidarse, elige suicidarse, pero también puede elegir abrazar las ideas de la libertad”.
Con mención al riesgo kuka bautizado por Federico Sturzenegger, sostuvo que el kirchnerismo «tiene su techo electoral el 7 de septiembre», en alusión a los comicios bonaerenses. “Los argentinos de bien le van a ganar a los degenerados, a los sodomitas del capital, y octubre va a ser el puntapié del inicio del siglo dorado de la Argentina”, remató. Con esa tónica, el mandatario salió por la tangente, ante un público a la expectativa de si habría algún embate o respuesta al caso Spagnuolo.
Anclaje local, cero
También se observaba con atención en los pasillos de la Bolsa de Comercio si se generaba algún espacio de intercambio con las figuras libertarias locales, que el domingo pasado tuvieron su cierre de listas con el joven Agustín Pellegrini a la cabeza de la nómina violeta. El candidato a diputado no estuvo en el lugar. Estaba en Buenos Aires, donde ayer fue parte de una foto grupal con las cabezas de lista de LLA en todo el país.
Tampoco hubo un momento de encuentro con otros dirigentes que sí estaban allí, como el diputado Nicolás Mayoraz y el convencional constituyente Juan Pedro Aleart. La nota la dio una selfie antes del acto de Diez, ama y señora de la escuadra libertaria en territorio santafesino, junto a los hermanos Milei. No hubo -o no quiso que hubiera- tiempo para nada más.
Fuente Letra P