La historia argentina está repleta de grandes figuras políticas, batallas decisivas y momentos inolvidables. Pero detrás de muchos de esos protagonistas, también hay relatos de amor que marcaron sus vidas personales. Tal es el caso de Manuel Dorrego y Ángela Baudrix, una pareja unida por el afecto, la lucha y el dolor.
La historia de Dorrego y Baudrix en tres datos
- Manuel Dorrego fue fusilado el 13 de diciembre de 1828, en Navarro.
- Ángela Baudrix mantuvo a su familia como costurera tras la muerte de su esposo.
- Se calcula que recibió una pensión de 24.000 pesos tras su reclamo al Estado.
Un caudillo con ideales firmes
Manuel Dorrego fue uno de los políticos más influyentes de los primeros años de la Argentina independiente. Nació en 1787, estudió en el Real Colegio de San Carlos y en la Universidad de Santiago de Chile, y luego se formó militarmente en Estados Unidos. Fue un férreo defensor del federalismo y gobernó la provincia de Buenos Aires en dos oportunidades, hasta que fue fusilado en 1828 por orden de Juan Lavalle, en uno de los episodios más trágicos de la historia nacional.
Su carrera política estuvo marcada por debates intensos, posiciones firmes y decisiones difíciles. Pero entre tanto conflicto, también encontró lugar para el amor.
Dorrego y Baudrix: un amor entre cartas y costuras
Ángela Baudrix fue su compañera de vida. Pertenecía a una familia de origen francés, y cuando se casó con Dorrego, no solo compartió con él el hogar, sino también la incertidumbre de la política. Tuvieron cuatro hijos y una historia de amor que se mantuvo firme incluso en medio del exilio y la persecución.
Durante los años más difíciles, Ángela no dudó en trabajar como costurera para sostener económicamente a su familia. Luego del fusilamiento de Dorrego, en lugar de retirarse de la vida pública, exigió con firmeza la devolución del cadáver de su esposo. Finalmente logró recuperarlo para darle sepultura. Este gesto la convirtió en una figura de coraje y determinación.
Fuente Billiken
