En Córdoba aseguran que Larreta no asoma como favorito en las encuestas, pero que esta candidatura tiene olor a vendetta por el manejo de la estrategia en 2023 por parte de Mauricio Macri. «El PRO va a evitar la fractura hasta último momento», decían con seguridad cerrada en el cordobesismo.

Juan Schiaretti espera el filtro electoral

Schiaretti debe esperar que la paja y el trigo queden separados después de las elecciones locales en todo el país donde el partido cordobesista tenga personería, pero especialmente en las dos Buenos Aires. Hacemos, la criatura nacional del cordobesismo, no puede presentarse como proyecto con hambre de poder si no hace pie en los dos distritos más populosos del país.

Por eso, la suerte de Larreta el 18 de mayo será determinante para la construcción que imagina el tres veces gobernador de Córdoba. De la línea de transversales, es con quien tiene el vínculo aceitado y la promesa a media lengua de competir en un único frente en octubre.

Juan Schiaretti junto a Facundo Manes en un conversatorio político.

Los radicales Martín Lousteau y Facundo Manes son otros de los nombres apuntados, pero, como sucede con Larreta, ambos están concentrados en su quinta. El senador parece haber perdido el feeling con Larreta. Sus últimas declaraciones radiales no fueron amables: le pasó factura por su “silencio” en el primer año de gobierno de Javier Milei. También metió en la bolsa a Jorge Macri.

Es cierto que es el dirigente radical que más activamente habla de un frente amplio, que incluya al peronismo moderado. Sin embargo, el schiarettismo no lo dice abiertamente, pero le gusta más el perfil del neurocientífico, a quien le adjudican pasta presidencial.