
En la segunda mitad del siglo XIX, el proyecto educativo de Sarmiento necesitaba maestras para impulsar la enseñanza en todo el país. Luego de sus viajes por Europa y Norteamérica, donde aprendió sobre distintos sistemas educativos, decidió importar al país un modelo específico.
Y como en la Argentina no había suficientes docentes formadas, tomó una decisión inédita: traer educadoras desde Estados Unidos. Las protagonistas fueron 61 maestras y solo cuatro varones, provenientes de lugares como Nueva York, Virginia, Ohio y Nueva Inglaterra.
El viaje desde Norteamérica hasta Buenos Aires duraba cerca de dos meses en barco, y al llegar debían instalarse en la Escuela Normal de Paraná para aprender español. Luego, eran destinadas a distintas provincias para crear y ejercer en las escuelas normales.
¿Cómo era la vida cotidiana de las maestras de Sarmiento?

La tarea de enseñar se combinaba con condiciones de vida que distaban mucho de ser cómodas. Las maestras usaban velas de sebo para estudiar por las noches, sacaban agua de los pozos y cocinaban con lo poco que había disponible.
Dormir también implicaba un riesgo: debían espantar vinchucas, el vector transmisor del Mal de Chagas-Mazza, y hasta viudas negras antes de acostarse. Enfermedades como la fiebre tifoidea eran frecuentes, al punto de que muchas tuvieron que raparse la cabeza para poder sobrellevar los tratamientos.
También sufrieron discriminación por ser protestantes en lugares donde predominaba el catolicismo. Aun así, siguieron adelante con su vocación por la educación. Muchas de ellas creían, a pesar de la adversidad, que era importante transmitir sus valores y conocimientos.
A todo esto se sumaba que, en muchos casos, tuvieron un rol protagónico en la construcción de los edificios donde educarían y vivirían. También tuvieron que defenderlos cuando, producto de los enfrentamientos internos que aún había en el país, se convertían en .
¿Por qué viajar miles de kilómetros hasta un país desconocido?
El proyecto que impulsó Sarmiento suena idílico. ¿Por qué una persona, cuyo idioma nativo es el inglés, viajaría miles de kilómetros para enseñar en español y en un terreno inhóspito? Lo cierto es que existían varias razones que motivaban a estas docentes a viajar miles de kilómetros:
- En algunos estados de Estados Unidos había falta de trabajo para maestras.
- Existía la expectativa de formar una familia en nuevas tierras.
- La vocación por enseñar y la posibilidad de aportar a un proyecto educativo nacional.
- Los salarios ofrecidos en Argentina eran, al menos al inicio, más altos. Luego, muchas de ellas reclamarían la falta de pagos y llegarían a renunciar a su cargo.
Eso fue lo que ocurrió, por ejemplo, con , la primera maestra norteamericana en poner un pie sobre territorio argentino. Llegó en octubre de 1869 y, según el proyecto de Sarmiento, se instalaría en la provincia de San Juan.
Pero el tiempo probó lo contrario: la provincia era un territorio pobre, con dificultades de acceso, sin agua corriente y con episodios de violencia que preocupaban a más de uno. Mary se quedó entonces en Buenos Aires, se casó en 1871, se mudó a Pigüé y hoy es recordada por su fuerte compromiso social, ya que dedicó buena parte de su vida también a cuidar a enfermos de su comunidad.
Fuente Billiken