
La bancada peronista y el interbloque que armaron Horacio Rodríguez Larreta y Graciela Ocaña en la Legislatura porteña se unieron para forzar al oficialismo para que convoque a una sesión especial, lo cual anticipa los nubarrones que enfrentará Jorge Macri en ese recinto, como coletazo de la derrota electoral del 18M.
El primer paso en falso
El acuerdo parlamentario para forzar la sesión se gestó a partir del intento del oficialismo de volver a sesionar antes del receso de invierno, pero resultó un tiro por la culata. El bloque de Unión por la Ciudad, el de la izquierda y el interbloque Volvamos Buenos Aires, donde confluyen larretistas y diputados de Confianza Pública de Ocaña, se subieron a la convocatoria para una agenda transversal: reactivar una serie de proyectos cajoneados que buscan que los jubilados no paguen el subterráneo porteño.
El pedido fue avalado por 26 legisladores, cinco menos de los que garantizarían el cuórum, pero los necesarios para activar las alarmas en el oficialismo que buscó desactivar cualquier intento de sesión. Desde los bloques opositores empezaron a subir el tono a través de las redes sociales para presionar la convocatoria. La excepción, claro, fue la tropa porteña de La Libertad Avanza que durante todo el día se mantuvo al margen, ya que aunque apuestan al desgaste del oficialismo, los proyectos a tratar van a contramano de la motosierra libertaria.
Fuente Letra P