
La ratificación de la condena a seis años de prisión de Cristina Fernández de Kirchner no mostró ganadores en un Congreso que se convertirá, pronto, en un campo de batalla. La decisión de la Corte Suprema -se notó- no formaba parte de la estrategia de los principales actores electorales de este año, que ahora deberán barajar y dar de nuevo.
Algunos libertarios, en estricto off the record, admiten, con preocupación, que la decisión de la Corte fue «un mensaje de la Justicia a la política» que puede jugarles en contra. Los opositores no peronistas que hablaron con autoridades de LLA no las notaron cómodas con el nuevo contexto. El escenario obliga a Karina Milei a recalcular su estrategia para los comicios bonaerenses, donde ya tenía un plan: un joven capaz de enfrentar a Cristina Kirchner en la tercera sección electoral y un festejo, asegurado, en las siete secciones.
El futuro sin Cristina Fernández de Kirchner
El nuevo panorama electoral no es fácil para Milei, quien hasta ahora se mantenía con la decisión de no opinar sobre los fallos judiciales. Es uno de los consejos que le dio Jair Bolsonaro. Otra recomendación que le dejó el expresidente brasilero en 2023 fue cuidarse de los horarios prime time de la televisión, que siguen siendo influyentes en la opinión pública aún en tiempos de redes sociales.
El líder libertario mantuvo esta posición en cada acto en el que la gente bramaba por Cristina presa. Para responsabilizarlo, Máximo Kirchner encontró un fragmento en el que Milei callaba esas consignas, con frases como «Teléfono, jueces». En verdad, era una estrategia defensiva del Presidente.
En La Libertad Avanza, al menos quienes suelen pisar seguido la Casa Rosada, tienen claro que la Justicia puede complicar al Presidente en temas como su declaración jurada o el caso $LIBRA, que ya tiene una orden de cruzamiento de llamados. Por lo tanto, para los libertarios, darles un carácter divino a los fallos puede ser peligroso. La mayoría lo tiene claro.
Es la misma línea que siguió el Gobierno para frenar Ficha limpia en noviembre: los jueces que jugaban al fútbol con Mauricio Macri, artífices de la detención de CFK, nunca serán oficialistas de este Gobierno. Tampoco lo será el procurador interino, Eduardo Casal. El pacto de impunidad que se le atribuyó a Milei no era otra cosa que un intento por cubrir vacantes en esos lugares que no resultó.
La idea existió, terminó mal y, en ese fracaso, muchos explican los episodios de esta semana. El plan tuvo su primer paso con la negociación con la propuesta de Ariel Lijo como juez de la Corte, junto al académico Manuel García-Mansilla. Lijo fue promovido por Ricardo Lorenzetti, uno de los tres supremos que ratificó la condena a CFK.
La Corte Suprema que no fue
En 2023, Lorenzetti y Lijo tiraron paredes para amilanar las acciones contra el supremo en el proceso de juicio político a la Corte que se realizó en el Congreso. El cortesano no evitó la acusación por mal desempeño, pero se quedó con menos cargos que sus colegas. Si se aprobaba su pliego, el juez de primera instancia sería aliado de Lorenzetti contra Horacio Rossatti y Carlos Rosenkrantz, a quienes hace dos años complicó con allanamientos para facilitar información que los perjudique, en aquel proceso que llevó adelante el Congreso que recién perdió estado parlamentario este año.
El plan voló por los aires por la impericia de Santiago Caputo, quien no logró sellar una negociación con Wado De Pedro para ampliar la Corte. La oportunidad era única: LLA, UP y los partidos provinciales podían alcanzar los dos tercios del Senado. No hacía falta tocar la puerta del PRO y la UCR. El paquete, si querían, hubiera incluido a un nuevo procurador.
La propuesta no prosperó porque CFK pedía más garantías, como sumar una figura propia. Terminó de estallar cuando Milei nombró a Lijo y García-Mansilla por decreto y el Senado, en respuesta, votó en contra de los pliegos. Fue un acto de torpeza histórico de un Poder Ejecutivo: la Corte supo que el Presidente no podrá completarla durante su gestión y ni siquiera elegirá un conjuez, para lo que se requiere mayoría simple.
El triunvirato de cortesanos quedó libre para jugar como quiera. Ya no hay filtros posibles a las corporaciones que influyen sobre sus fallos. Y Lijo, que tiene varios juzgados federales a cargo, podrá tomarse venganza de tanto manoseo cuando lo crea necesario.
En la reunión con el bloque del Senado, CFK, que estaba más entera que muchas senadoras que rompían en llanto, pidió avanzar con la ampliación de la Corte, para que tenga siete miembros y un cupo de género: al menos tres deberían ser mujeres, calculó. La expresidenta no dudaba de que sería condenada por el máximo tribunal, porque, explicaba, de lo contrario ya hubiera tenido alguna respuesta a los recursos de queja.
El Congreso que viene
El debate por la ampliación de la Corte seguirá el jueves en un plenario de comisiones del Senado y el Gobierno aún no tiene una posición tomada. Quiere esperar que pase el año electoral y medir los costos de cada paso que da. En la sede del PJ, CFK le pidió al bloque UP que no se retire de la actividad legislativa, sino que la use como parte de la resistencia.
Por eso, el jueves parte de la bancada recibió a los médicos del hospital Garrahan, a quienes le prometieron un proyecto de ley para garantizar su funcionamiento. No dejarán congelar los proyectos para declarar la emergencia en Discapacidad y subir las jubilaciones, aprobados en Diputados. Hay intenciones, incluso, de pedir una sesión especial en el mediano plazo y buscar las sanciones con dos tercios, un mensaje para que Milei no se atreva a vetar las leyes. Los números para conseguirlo están cerca.
Otro dato, que no sorprendió en el Senado, pero sí a algún peronista desprevenido, es que José Mayans, además de ser el jefe del bloque UP, es la mano derecha de CFK y por eso se quedará a cargo del PJ. Su tarea es contener a los que están y sumar a los que se fueron, desde Guillermo Moreno al gobernador cordobés Martín Llaryora. Hace meses que el senador es el nexo del cristinismo con Kicillof.
La actitud de UP, en cualquier actividad legislativa, será de combate, una postura que obliga a rememorar aquellos días de diciembre de 2017, después de la primera condena a CFK, cuando manifestantes y policías intercambiaron piedras y balas.
«No vamos a fingir demencia», fue la frase del diputado Leopoldo Moreau en la reunión de la Comisión de Asuntos Constitucionales del miércoles, cuando el bloque no quiso participar del debate para ampliar la AGN. Así será todo: si es para hacer lío, el peronismo estará presente. Para temas institucionales, mejor no llamar. No es muy diferente a lo que pasó en este año y medio, pero con mucha más virulencia.
En LLA hay mucho temor por los conflictos callejeros: el último miércoles, el Congreso fue cercado como nunca si bien no había manifestaciones previstas. El próximo miércoles, cuando CFK se entregue, los organizadores de la movilización calculan hasta 300 mil personas en las calles. Incontrolable para Patricia Bullrich. Ninguna fuerza política es capaz de predecir si puede ganar algo con el conflicto. De ahí la prudencia en las celebraciones. Además de garantizar la prisión domiciliaria, el cristinismo aspira a qué la justicia la notifique por zoom y no haya foto de detención. Es la apuesta de máxima.
¿Y $LIBRA?
Con la Justicia afilada, en La Libertad Avanza hay mucho temor por cómo avance el caso $Libra, que tiene al Presidente y a su hermana apuntados. El 25 de junio será la nueva reunión de la comisión investigadora de Diputados con una lista de invitados que, en su mayoría, dejará sus sillas vacía. No pagarán un costo porque no hay reglamento que defina qué hacer en ese caso.
Prevenidos, en Encuentro Federal, el bloque de Miguel Pichetto, aseguraron la visita de varios expertos para aportar datos. Para que la investigación continúe, el 2 de julio podría haber una sesión que trate un proyecto de resolución que conforme otra vez la comisión y le asegure la presidencia a un opositor.
Si ese texto no camina, la Coalición Cívica y DPS se sumarán a UP para pedir el juicio político a Milei. En LLA están tranquilos de tener los votos para impedir un emplazamiento a la comisión, que debería, inevitablemente, definir sus autoridades y dejar claro si la presidencia sigue a cargo de la libertaria Marcela Pagano, quien dedicó la última semana a una guerrilla digital con su colega Lilia Lemoine.
La cosplayer acusa a la experiodista de ser una infiltrada del kirchnerismo. Las autoridades del bloque quieren formalizar la salida de Pagano cuánto antes, pero temen perder un voto clave cuando se traten los vetos de Milei. Aunque sus abstenciones en la última sesión obligaron a revisar esa tesis. Una idea de LLA para echarla que está en estudio es presentar un nuevo bloque sin ella, para de ese modo desconocer su vocalía en la comisión de juicio político. Se sabrá los próximos días.
Otra consecuencia de la convulsión política es que Menem no encuentra las firmas para dictaminar el proyecto para usar ahorros en dólares sin explicar su origen. El riojano tiene buenas perspectivas para el recinto, pero faltan aliados para despachar el texto en la Comisión de Presupuesto, porque bloques como EF y DPS no facilitan las cosas. Luis Caputo presiona, pero no tiene oficio de rosca legislativa. Deberá esperar. No son tiempos fáciles.
Fuente Letra P