Karina Sarro es oriunda Moreno, en el conurbano bonaerense, y es la única docente argentina en integrar la lista de los 10 finalistas de Global Teacher Prize 2024. Fue elegida entre más de 5000 postulaciones de 89 países.
Es licenciada en Comunicación Social, especialista en Educación y Nuevas Tecnologías, doctoranda en Innovación Socioeducativa, diplomada en Robótica, en Herramientas didácticas y pedagógicas para la implementación de las TIC en los procesos de enseñanza y en Competencias tecno-pedagógicas para la cultura digital.
Este premio, también conocido como el «Nobel de la Educación«, organizado por la Fundación Varkey en colaboración con la Unesco, busca reconocer a profesores destacados que hayan hecho una contribución excepcional a la profesión y al importante rol que los docentes desempeñan en la sociedad. La postulación puede hacerla el propio docente o alguien más. En el caso de Karina, fue su marido, que la ve trabajar incansablemente para cambiar la realidad de sus alumnos y la acompaña en el camino.
¿Quién es Karina Sarro?
Su vocación docente nació en la infancia. Luego de su nominación, una vecina le recordó que cuando eran chicas, en la terraza de su casa, reunía a algunos chicos de barrio y les daba clases. Actualmente, trabaja en cuatro instituciones: en dos secundarias para adultos (CENS 451 y 454), en la Escuela Secundaría Politécnica de la Universidad Nacional de Moreno (ESPUNM) y en la Escuela Secundaria N°50 de Francisco Álvarez, en la Provincia de Buenos Aires. En tres de ellas hay una falta generalizada de acceso a medios tecnológicos.
Con respecto a cómo comenzó a incorporar la tecnología en el aula reflexionó: «La provincia de Buenos Aires tiene 25 regiones, yo trabajé en la 9 y la 10, donde desarrollé actividades en escuelas rurales. Ahí pude observar verdaderamente que con el acompañamiento de distintos recursos, distintas herramientas, las clases eran mucho más divertidas, más creativas, más dinámicas y entonces me puse a pensar y dije, ‘ineludiblemente es por acá’ «.
«Educiudad 4.0» es uno de los proyectos en los que trabajó con sus alumnos de la ESPUNM. En él, sus estudiantes desarrollaron un sistema para monitorear el consumo de energía y la calidad del aire en una ciudad sustentable. También crearon una eco-aspiradora diseñada para mantener limpia el aula, utilizando componentes reciclados como botellas plásticas y pequeños motores eléctricos. Tiene la intención de que este aparato pueda utilizarse en toda la escuela.
La docente busca la manera de introducir la tecnología en el aula, aunque sea de difícil acceso, para que cada uno de sus alumnos pueda participar. Incorporó:
- Simuladores gratuitos,
- Componentes reciclados,
- Actividades fuera de línea.
Mucho de lo que aprendió se lo atribuye a un plan provincial al que se sumó durante dos años para llevar la robótica a las escuelas rurales (Plan Provincial de Robótica Educativa de la Provincia de Buenos Aires).
Leonela Navarrete, directora ejecutiva de la Fundación Varkey, cuenta que Karina es una apasionada de la educación: «Ella genera que los alumnos sean protagonistas. Si bien hay un montón de desafíos en la educación que hay que abordar, también es importante que podamos contar que con lo que hay, en las escuelas se pueda hacer la diferencia. Karina demuestra eso. Con lo que tiene, ha podido transformar la vida de sus estudiantes y es por eso que se encuentra entre las 10 finalistas del Global Teacher Prize«.
¿Por qué es importante incorporar la tecnología al aula?
Karina y el equipo de trabajo que la acompaña incorporan la tecnología al aula sin suplir el contenido. Aprovechan el diseño curricular y analizan la posibilidad de trabajar de manera interdisciplinaria teniendo en cuenta diferentes áreas. «En algunos casos somos los profes los que proponemos temáticas a nuestros estudiantes y muchas veces son ellos los que nos traen problemáticas para poder resolver», —cuenta y continua— «la tecnología existe, está, los recursos están también, no podemos eludirlos. Hay que ver de qué manera nos apropiamos de todo esto y enriquecemos nuestras clases. De todas formas, es importante que haya momentos en que no utilizamos tecnología en el aula. A veces nos sentamos, nos miramos, armamos una gran ronda y hacemos reflexiones sobre lo aprendido».
En las escuelas en las que no cuenta con todos los elementos necesarios, la docente se la rebusca para poder transmitirle a sus «peques» el conocimiento necesario. «Por ejemplo, si tengo que explicar algo con respecto a programación y no tengo computadoras disponibles, usamos el cuerpo. Alguien se transforma en un yo robot y le damos las instrucciones necesarias para funcionar«, explica.
«Si llegara a ganar, me gustaría cumplir mi súper sueño, que nació con mi recorrido por las escuelas rurales: tener mi propia consultora educativa. Ya tiene nombre E-pekes. Quiero recorrer toda la República Argentina, para poder contar, para poder compartir, para poder transmitir todo lo que uno vive dentro del aula y fuera de la misma«.
El 11 de febrero se conocerá al ganador. La ceremonia se realizará en Dubai y Karina estará presente.
Fuente Billiken
