Mauricio Macri quiere empezar a detonar una bomba el próximo miércoles. El expresidente hablará en Junín durante un encuentro con intendentes del PRO bonaerense. Promete hacer notar su malestar, de manera más contundente, con el presidente Javier Milei, a quien acusa de haber sellado un acuerdo con Cristina Fernández de Kirchner.
No es necesario hurgar demasiado para decodificar que, sobre el final del año, mientras reparte algunas buenas noticias económicas, el Gobierno decidió detonar la relación con su principal socio político. El detonante final fue la presentación del proyecto para derogar las Primarias, Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO), que el Gobierno presentó pocas horas después de haber hecho naufragar una de las leyes estrella del PRO, Ficha Limpia. En paralelo, consiguió que el kirchnerismo empezara a estampar sus firmas en el dictamen del pliego del juez Ariel Lijo como candidato para la Corte Suprema.
Es posible que Menem no lo supiera. La decisión se tomó en la Casa Rosada, con la bendición del asesor presidencial Santiago Caputo, que está decidido a borrar de la escena política al PRO y a Macri. El proyecto llegó al Congreso este jueves por la tarde, una semana después de aquella cena. ¿Qué pasó en el medio?
En las segundas líneas se habla, incluso, que la derogación de las PASO podría formar parte de un paquete amplio de negociación que incluiría, también, la dilatación de la ley de Ficha Limpia -que impediría una candidatura de CFK en 2025-, el nombramiento de los jueces de la Corte y la designación del procurador general de la Nación, entre otros temas.
Por lo pronto, este viernes se supo que la senadora por Catamarca Lucía Corpacci, muy cercana a la expresidenta, ya firmó el pliego de Lijo como candidato a la Corte. La adhesión de la exgobernadora muestra que el kirchnerismo está dispuesto a votar el nombramiento en el recinto. Resta saber qué pasará con Manuel García Mansilla, el otro candidato a supremo.
El legado de CFK
Es sabido en UP que a Massa nunca le gustó el mecanismo de las PASO. Intentó avanzar con la eliminación cuando el peronismo estaba en el Gobierno, entre 2019 y 2023, pero no tuvo consenso. Contaba, entonces, con el apoyo de los gobernadores, recelosos de las amenazas a su poder.
Las PASO son un instrumento útil para organizarse como oposición. El armado de Cambiemos, en 2015, con la interna que protagonizaron el PRO, la UCR y la Coalición Cívica, y que llevó a Macri a la presidencia, fue el ejemplo más exitoso. Los oficialismos, en cambio, cuentan con otros instrumentos para contener a los dirigentes que quedan afuera de una lista única.
Aunque las usó poco a nivel nacional, el kirchnerismo siempre se resistió a derogarlas. La ley tiene el sello de Néstor Kirchner y de CFK, que la lanzó en 2009 como una gran reforma política. Lo cuenta como su legado. La expresidenta pidió estos días opiniones a dirigentes de su confianza. Uno de los sondeados le hizo saber su descuerdo con la derogación. La explicación fue que, en la mayoría de las provincias, sin PASO, el peronismo “se va a partir en mil pedazos”, por la dificultad de llegar a acuerdos.
Cristina duda. Sin embargo, UP dio un paso en favor de la derogación el jueves por la tarde, cuando el diputado provincial Rubén Eslaiman, que responde directamente a Massa, presentó un proyecto para suspenderlas en territorio bonaerense. La propuesta fue acordada con el gobernador Kicillof.
Sin PASO no hay alianza
La decisión de la Casa Rosada de avanzar en la eliminación de las PASO rompe la posibilidad, que imaginaba el PRO, de cerrar un frente electoral con LLA en 2025, que permitiera la competencia interna y la consecuente integración de las dos listas. Así, a la dirigencia amarilla le quedan dos caminos: en caso de ser invitada, podrá integrarse a la lista libertaria, en el lugar que Caputo decida, o bien competir por afuera, a sabiendas de que LLA ya le robó la mayor parte de su electorado.
Ninguna de las dos alternativas es buena, pero hay diferentes análisis. Sin frente común, la eliminación de las PASO evitaría el efecto que se conoce como “voto útil”, que haría que el apoyo cosechado por el PRO en las primarias se desinflara en la general por migración del electorado antiperonista hacia LLA.
Jorge Macri también mira otros factores y apura a su primo para endurecer las relaciones. El jefe de Gobierno porteño piensa que podría tener una oportunidad para meter legisladores propios. Las bancas nacionales por la Ciudad en la actualidad están copadas por dirigentes que ingresaron por Juntos por el Cambio y responden al radicalismo, a Elisa Carrió, a Patricia Bullrich o a Horacio Rodríguez Larreta.
En el peronismo manejan números difíciles para el PRO en su bastión. El equipo de UP tiene un estudio que ubica como preferido al vocero Adorni, con 32,2% de los votos; y en segundo lugar a Leandro Santoro, con 28,8%. Tercera aparece María Eugenia Vidal, por el PRO, con 16,7% de los votos, y cuarto, Horacio Rodríguez Larreta, con 8%.
En la provincia de Buenos Aires, el panorama es peor para el macrismo. La última encuesta de Proyección en la provincia de Buenos Aires muestra al PRO con 6,6% de intención de voto.
Ficha Limpia, otro capítulo de Macri vs. Santiago Caputo
En alarma por la jugada de las PASO, el PRO también le reprocha a LLA su actitud con el proyecto de Ficha Limpia, que busca sacar de la cancha a Cristina. Al macrismo no se le pasó por alto la velocidad con la que Menem levantó el miércoles la sesión en la que se iba a tratar el tema, justo cuando se estaba por alcanzar el quórum.
¿Hubo un toma y daca por la eliminación de las PASO y Ficha Limpia? En realidad, a los diputados de LLA tampoco les cierra el proyecto que promueve el macrismo. “En las provincias, la Justicia responde a los gobernadores. Vamos a terminar todos proscriptos”, alertaron legisladores del interior, que señalan a Macri como el hombre que mueve los hilos del Poder Judicial. Recomiendan no innovar.
Esta semana, a Macri le quedó clavada otra espina. Encabezados por Rogelio Frigerio, los gobernadores del PRO lo convencieron de que había que congelar la guerra contra Milei por la reforma de la ley de DNU. El expresidente cedió por las urgencias que tienen los mandatarios con el Presupuesto 2025. Pero el oficialismo dio pocas muestras de buena voluntad para avanzar en la aprobación de la llamada “ley de leyes”.
La oposición cree que Milei prefiere volver a prorrogar el Presupuesto 2023 y repartir partidas de manera discrecional. Los gobernadores consiguieron poco y nada. Dentro de sus propios bloques tuvieron que escuchar reproches de diputados que les reprocharon la actitud flexible con el Gobierno. “No les van a cumplir nada y encima les van a armar listas de LLA en todas las provincias”, se quejó un diputado que recibió el pedido de un mandatario para levantar campamento del recinto la semana pasada.
¿Cuánto le conviene a Macri sostener el acuerdo en estas condiciones? No sin malicia, en la Casa Rosada se repite que al expresidente “solo le interesan los negocios”. Esta semana, en medio de torbellino político, el Gobierno anunció que llamará a la licitación para la privatización de la Hidrovía, un viejo reclamo de Macri, que promociona para el dragado a la empresa neerlandesa Boskalis Dredging International.
El aviso del PRO
Como antesala de la aparición de Macri, el jefe de bloque del PRO en Diputados, Cristian Ritondo, afirmó este viernes que “los logros del Gobierno no existirían» sin macrismo. Una muestra de la factura que podría pasar el expresidente el miércoles, rodeado de leales en Junín.
En la Ciudad, incluso, se animan a imaginar un golpe más fuerte. ¿Y si tientan a Victoria Villarruelpara que sea candidata del PRO en territorio porteño? El entorno de la vicepresidenta descarta cualquier movimiento en ese sentido, pero el macrismo avisa que “las negras también juegan”.
Fuente Letra P
