
Con 47 centímetros de alto y un peso de 2,8 kilogramos, nació Noah Maciel, el séptimo hijo varón de la misionera Mirta Portillo de 41 años, quien dio luz al niño en el hospital regional de Río Gallegos, en Santa Cruz, este lunes. Según la ley -y la tradición-, Javier Milei podría ser el padrino del pequeño
La ley 20.843 establece que el séptimo hijo de una familia, sea varón o mujer, puede recibir el padrinazgo del presidente de la Nación. De esta manera, Noah podría recibir una pensión por su condición de ahijado de Javier Milei, según establece la norma sancionada por María Estela Martínez de Perón en 1974.
Mirta, la madre del pequeño, dialogó con la prensa santacruceña y contó que Noah «tenía fecha para nacer los primeros días de octubre por cesárea, pero se adelantó”.
Luego de tener a su primer hijo en Misiones, Adam, de 18 años, se mudó a la provincia patagónica donde nacieron los otros seis, incluido Noah. Ellos son: Iván, de 16 años; Thiago, de 11; Aaron, de 10; Ezel, de 8 y David, de 2.
En diálogo con con la prensa, Mirta también contó: “Estábamos buscando la nena y llegó el varón, son todos varones”. Con respecto al padrinazgo de Javier Milei, la mujer puso la decisión en manos del presidente: “Sabíamos. Me venían dando manija con eso, si es el séptimo, el padrino tiene que ser el presidente. Vamos a ver si viene».
Donde nace la tradición del padrinazgo presidencial
Esta particular tradición tiene origen en los alemanes del Volga de la Rusia zarista de Catalina «La Grande», que daba el padrinazgo imperial en base a la creencia de que daba una protección mágica para la vida de estos niños.
A partir de la mixtura con leyendas centroeuropeas y americana, también se la vincula a la creencia de que evitaba que ese séptimo hijo varón sufriera alguna maldición o se convirtiera en hombre lobo o lobizón.
A la Argentina llegó de la mano de un matrimonio de alemanes del Volga en 1907 que dio a luz a su séptimo hijo varón en Coronel Pringles y le enviaron una carta al presidente José Figueroa Alcorta. De ahí que la tradición se instaló en nuestro país, para luego transformarse en ley el 28 de septiembre de 1974.
Fuente MDZ