
Contener la inflación es uno de los principales objetivos del gobierno de Javier Milei. Por ello, para asegurar el sendero a la baja, fueron poniendo en stand by diferentes aumentos -de tarifas de luz y gas, impuestos a los combustibles, transporte público, etc-. Con esta estrategia, se espera que cuando se conozca el Índice de Precios al Consumidor (IPC) correspondiente a julio, se logre romper con el piso del 4% o se este muy cerca de ello.
En este sentido, el rubro que más habría empujado el nivel de precios fue el de «Alimentos y Bebidas«. Es decir, se volvió a dar la regla de que son estos bienes los que mayor incidencia tienen en la cifra final de inflación. Algo que no ocurría hace mucho, dado que regulados habían tomado más peso en la era Milei.
Ahora bien, esto no da tranquilidad. El hecho de que se manejen como un rompecabezas los aumentos que se autorizan -y los que no- genera incertidumbre respecto de cómo podrían impactar factores exógenos como una eventual corrida cambiaria o quita al cepo.
Inflación de alimentos
En este marco, la consultora LCG dio a conocer un informe sobre la tendencia de aumentos en alimentos y bebidas durante la cuarta semana de julio. En el reporte se detalla que hubo una mínima suba de precios del 0,2% en los últimos siete días. Lo que implica una desaceleración de 0,4 puntos porcentuales respecto de la semana anterior.

Continúa la disparidad entre rubros. Carnes, Lácteos, Panificados y Bebidas, que representan un 73% del índice continúan por encima la inflación semanal promedio, sumando 0,5 puntos porcentuales.
Fuente MDZ
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