Cuando comenzó a trascender que Pablo de la Torre había renunciado, el Ministerio de Capital Humano difundió un comunicado por WhatsApp, a claras luces, redactado a la velocidad de la luz: sin dar nombres, reportaba que a raíz de una auditoría, la ministra Sandra Pettovello «ha decidido limitar las competencias de los funcionarios y empleados responsables que, por mal desempeño de sus tareas, no han realizado un control permanente de stock y de vencimiento de mercadería».
Tardó, pero llegó la rectificación: después de pasarse ocho días justificando que hubiera cinco millones de kilos de alimentos retenidos en distintos depósitos, argumentado que eran para emergencias, y después de no presentar el plan de entrega que el juez federal Sebastián Casanello le había reclamado, medida que fue apelada, la abrupta salida de De la Torre revela el tiempo perdido por el gobierno de Javier Milei.
El comunicado de Pettovello marca un giro de 180 grados en la postura del gobierno, al aceptar la negligencia. «Se realizarán las investigaciones administrativas correspondientes; asimismo, se pone en marcha un protocolo para la entrega inmediata de los alimentos de próximo vencimiento por medio del Ejército Argentino para garantizar una logística rápida y eficiente», anunció Capital Humano.
Hasta este jueves, la postura oficial era la contraria. Amparada en las denuncias que presentó en la Justicia contra la administración anterior del extinto Ministerio de Desarrollo Social, Pettovello auspició cambios en el esquema de asistencia que congeló el reparto de mercadería en los comedores comunitarios.
Frente a la noticia, revelada a partir de un pedido de acceso a la información de El Destape, el Gobierno primero justificó que hubiera cinco mil toneladas de alimentos guardados. En una apelación a la medida de Casanello, firmada por la subsecretaria del ministerio de Justicia, Leila Daniela Gianni, el Gobierno acusaba al magistrado de violar la Carta Magna y los tratados internacionales. El juez, por el contrario, argumentaba que la retención de la comida atentaba contra los derechos garantizados en la Constitución.
Por lo bajo, en Capital Humano admitían diferencias entre Pettovello y De la Torre con respecto a los alimentos retenidos. En cambio, mientras tanto, a viva voz el Gobierno defendía su decisión. «Estos alimentos son reservados de forma preventiva para emergencias o catástrofes. Esto no es una cuestión que solo ocurre en Argentina, pasa en el resto de los países del mundo”, afirmó el vocero presidencial, Manuel Adorni.
Su hermano, el exintendente de San Miguel Joaquín de la Torre estaba embanderado con la tropa libertaria como armador político del espacio en el conurbano. Es más, hace poco más de una semana, se reunió con el presidente Milei, como prueba de que pertenecía a Las Fuerzas del Cielo. Hasta el cierre de esta nota, el también exministro de María Eugenia Vidal no había vuelto a tuitear.
